25.3.07

Preguntas

¿Qué desayunás?
¿Cuál es tu color preferido?
¿Quién te lastimó?
¿Qué te irrita?
¿Cuál es la estación del año que preferís?
¿Y la de subte?
¿Cuál es tu nombre?
¿En qué día de la semana naciste?
¿Qué nombre te gustaría tener si fueras hombre?
¿Qué flor te gusta?
¿Cómo definirías -en tres adjetivos- cómo te ven los demás?
¿Qué te da miedo?
¿Qué ciudad del mundo te gustaría conocer?
¿Cómo se llama tu mejor amiga?
¿Fuiste infiel alguna vez?
¿Tenés tatuajes?
¿Qué te tatuarías?
¿Le tenés rencor a alguien?
¿Qué cambiarías de tu vida si fueras al pasado?
¿Cuál es tu color favorito?
¿Qué querías ser de chiquito cuando fueras grande?
¿Cuál es tu comida favorita?
¿A qué planeta viajarías?
¿Te detuvo la policía alguna vez?
¿Qué enfermedad tuviste?
¿Qué te da envidia?
¿Extrañas a alguien?
¿Cuál es la persona más importante en tu vida?
¿Te drogaste alguna vez?
¿Por qué?
¿Cuál es la parte de tu cuerpo que más detestás?
¿Qué hay debajo de tu cama?
¿Crees que los demás te conocen?
Si fueras un país, ¿cuál serías?
¿Tenés un secreto que nunca le dijiste a nadie?
¿Qué te hace llorar?
¿Tenés miedo de morirte?
¿Qué te hace sentir triste?
¿Existe algo que podrías hacer pero que no hacés y no sabés por qué?
¿Sos feliz?
¿Cómo te llaman?
¿Te enamorás fácil?
¿Sos fácil?
¿Leés?
¿Cuándo y cómo?
¿Quién te mimó?
¿Qué característica de la gente te resulta insoportable?
¿Cómo tomás el café?
¿Sabés a qué hora naciste?
¿A qué hora naciste?
¿Traerías un hijo al mundo?
¿Creés en Dios?
¿Leíste la Biblia alguna vez?
¿Te arrepentís?
¿Te irías del país?
¿Por qué?
¿Qué te produce el llanto de otra persona?

Cicatrices

A causa de la varicela, una cicatriz en la frente.
Marca de cuando mordió el perro. (¿Cómo se llamaba la familia que tenía el perro?!! Me devané la cabeza pero no me acuerdo ese nombre!).

Una caída en bicicleta que ha provocado cicatrices en varias partes del cuerpo.
Una pierna más chica que la otra.
Su primera vez con el yeso puesto.

(Creo que también había habido una caída en bici. ¿Era así, P.?) En el lugar de la cicatriz, no tiene pecas).
Las uñas de los dedos gordos se le encarnaban, en las discotecas no podían pisarlo porque llegaba a casa muy dolorido. Hubo que operar.

Una cicatriz en la palma de la mano: “no tiene historia”; “no tengo datos sobre eso, pero está en mi cuerpo”. Memoria involuntaria.
En una corrida hacia los video juegos –lugar al cual tenía prohibido concurrir-, se le desprende la uña del dedo gordo con una baldosa. Primer contacto con el primo: como hombre.
(Hace copia de las cartas que envía para saber lo que escribió).

Un lunar en la pierna forma un elefante.
Tajos en los pies.
Brasas entre los dedos.

Marca: antojo de helado de dulce de leche granizado –sólo ése-de su madre tuvo en los dos embarazos –aunque no le gustaba el helado. Conexión con la madre. Los pelos, en los antojos, salen más rápido.
Cicatriz en el dedo mayor durante un ensayo en el conservatorio.

Marca en la cabeza debido a un accidente de autos. A los 17 años: plástica reparadora.
Tatuaje compartido con M. Lindos recuerdos.
Con otro novio: trincheta.

Del diario de ¿Pablo?

204 quiero escribir
quiero cambiar el mundo
quiero cambiar mi mundo
quiero que el tiempo pase
quiero que vuelva
quiero que llegue
quiero viajar y llegar
quiero vivir completamente solo
quiero despegar
quiero que todo sea nuevo
quiero querer mi cuerpo
quiero explotar en palabras
quiero el invierno
quiero sus gestos
quiero su mañana
quiero dejar de necesitar todo aquello que no es mi espíritu.

Del diario de Pablo

95 onda encantada de la luna

únete a tus sentimientos
vence cualquier obstáculo que te impida amar
permítete sentir la magia de la alegría
que la libre voluntad permee tu vida
engrandece el poder de tu corazón
equilibra tus sentimientos en el aquí y ahora
que tu visión te guíe para sanar las heridas en tu interior
fortalece tus sentimientos
explora tus sentimientos más profundos
transmuta tus sentimientos más profundos
transforma todos tus sentimientos negativos en positivos
llena tus sentimientos con luz
irradia lo que hay en tu corazón.

...

No es una mujer la que llora, es una piedra.

7.3.07

Marina Tsvietáieva por Nicolás Vilela

Mi nombre es Marina Ivánovna Tsvietáieva. Nací el 26 de septiembre de 1892 en la ciudad de Moscú. Mi padre fue filólogo, profesor de historia del arte en las Universidades de Kiev y de Moscú, y director del primer museo de bellas artes de Rusia, el Museo Rumiántsev, conocido hoy como Museo Pushkin. Mi madre fue una pianista polaca bastante talentosa. Murió muy pronto, y de ella heredé el amor por la poesía y por Alemania. Desde los seis hasta los dieciséis años me inscribí en diversos colegios –católicos-, liceos y escuelas de música. Luego, viajé a la Sorbona para participar de un curso de verano sobre literatura francesa antigua. Mis escritores favoritos son Heine, Goethe, Hölderlin, Pasternak, Rilke, Pushkin, Andréi Bély, Homero y Lérmontov. Publiqué poemas en varias revistas de izquierda: nunca en las de derecha, a causa de su profunda falta de cultura. Jamás pertenecí a movimientos literarios o políticos. En 1910 publiqué Álbum de la tarde, mi primer libro de poemas. Mi primer encuentro con la Revolución, con los emigrantes, fue entre 1902 y 1903; el segundo fue entre 1905 y 1906, en Yalta, con los socialistas revolucionarios. Eso fue todo: mis héroes personales son Napoleón, Byron y Juana de Arco. Las cosas que más amo en el mundo son la música, la naturaleza, la poesía y la soledad. No me interesa la opinión pública, ni las artes plásticas, ni el teatro. En 1912 me casé con Sergiuei Efron, un ruso-judío, que primero perteneció al ejército blanco que luchaba contra los bolcheviques, y luego pasó a las filas de Stalin. Tuve tres hijos: Ariadna (a quien llamamos Alia), Irina y Gueorgui. A Serguiei le dediqué mi libro La lámpara maravillosa. De 1917 a 1922, en plena guerra civil, viví separada de mi esposo y escribí seis piezas de teatro, tres libros de poemas y mis diarios Índices terrestres. En 1920 murió Irina, mi hija menor, en un orfanato. En 1922 viajé a Praga a reencontrarme con mi marido, que escapaba de la derrota del ejército blanco. En 1923 me quedé en Praga y escribí algunos poemas dedicados a Pasternak --- y también El poema de la montaña y El poema del fin. Otros poemas que escribí en homenaje al Ejército Blanco fueron recitados en toda la diáspora rusa. En 1925 viajé a París. Los poemas que escribí entre 1922 y 1925 quedaron reunidos en el libro Después de Rusia. En 1926 mantuve una intensa correspondencia con Borís Pasternak, que se había quedado en Rusia, y con Rainer María Rilke, el Poeta-Pensador, que se hallaba en Suiza. Todo comenzó porque el padre de Borís conocía a Rilke y, mediante una carta lo presentó a su hijo. Borís, a través de otra, me lo presentó a mí. Mi correspondencia con Borís había comenzado en 1922, cuando él me escribió a Praga una admirable carta en la que hablaba de mi libro Verstas y de nuestras afinidades. Nos continuamos escribiendo hasta 1935. Como no había relación postal entre la URSS y Suiza, Borís le pidió a Rilke que le enviara las respuestas a sus cartas a través de mí; al mismo tiempo, le sugirió que me mandara de regalo dos libros y fue allí que me presentó ante él. A partir de ese momento, Rilke y yo comenzamos una correspondencia fluida. Ideal. Obnubilada por el nuevo intercambio, olvidé el trato con Borís, quien comenzó a sospechar que yo quería alejarlo de Rilke. Supe después que Leonid Ósipovich ya había advertido a su hijo que no era muy confiable usarme de intermediaria con Rilke. Borís quería verme: quería que él y yo fuésemos a ver a Rilke. Yo, en concreto no quería ver a Rilke: me gustaba soñar con él a esa distancia. Cuando me limité a remitirle la carta que Rilke, a través mío (yo soy una sordina), le enviaba, Borís supuso que mi silencio reflejaba disgusto ante el triángulo amistoso. Mentira: mi infancia con Borís seguía allí, conmigo.


Entre 1933 y 1937 escribí mi ensayo sobre Mayakovski y Pasternak, Epos y Lírica en la Rusia de hoy, y algunas de mis prosas autobiográficas como Mi Puhskin y Pushkin y Pugachov. En 1937, supe que mi marido, que ya había viajado a Rusia con mi hija Alia, estaba implicado en la muerte del hijo de Trotsky. La policía francesa vino a interrogarme a mi casa. Me mudé a un hotel. En 1938, Serguiei volvió a Rusia y lo enviaron al GULAG, que es una forma de decir “Dirección General de Campos de Trabajo”, que es una forma de llamar al lugar al que iban a morir trabajando los prisioneros que capturaba el gobierno soviético. Mi hermana Anastasia fue trasladada a otro campo. Yo volví a Rusia en 1939. Viví de traducciones y con el apoyo de Anna Akhmátova y de Pasternak. En 1941, después del fusilamiento de mi marido y de que mi hija Ariadna fuera enviada a trabajar en un campo minero, me trasladaron a Yelabuga junto con mi hijo. Me suicidé en agosto de ese mismo año, ahorcándome con una cuerda que Borís Pasternak me había dado para atar una valija.

2.3.07

Algunas frases de MT

Marina Tsvietáieva

Si Dios hace este milagro, conservarlo con vida, lo seguiré a todos lados, como un perro.

Trago mis lágrimas en silencio.

Recito como alguien que se ahoga, no, como un pez que se atraganta con su propio mar.

Cuando duele es imposible comenzar de nuevo.

Vivir. Y hacer lo posible porque los otros vivan.

Para mí la posibilidad de conseguir lo deseado (un objeto o un alma) está en proporción inversa a la fuerza del deseo: mientras más deseado – más inalcanzable.

Algún día lo diré, ahora no tengo el valor.

MT

Una señorita ¡y fuma! Por supuesto que todos los seres humanos son iguales, pero a pesar de todo, una señorita no debe fumar. Con el tabaco la voz se endurece y el aliento se vuelve masculino. Las señoritas deben chupar caramelos y perfumarse, para que de ellas se desprenda un olor dulce. Si no, cuando un caballero se les acerque para hacerles un cumplido - ¡paf! – una bofetada de ese olor de hombre.

Todo lo mío ha sido robado.

Alia antes de dormir: - Marina, le deseo todo lo mejor que hay en el mundo. Quizá: lo que aún queda en el mundo…

Es mejor perder a una persona en su totalidad, que retenerla en una centésima parte.

Toda la vida se divide en tres periodos: el presentimiento del amor, el hecho del amor y el recuerdo del amor.

Lo más valioso en los versos y en la vida es aquello que ha llegado involuntariamente.

Así se me quedó grabada esta primera visión de la burguesía durante la Revolución: las orejas, escondidas bajo los gorros, las almas, escondidas tras los abrigos, las cabezas, escondidas en los cuellos, los ojos, escondidos tras los cristales. Una enceguecedora -por la chispa de la cerilla– visión de la piel.

Salva Dios, y protege: a Marina, a Seriozha, a Irina, a Liuba, a Asia, a Andriusha, a los oficiales y los no oficiales, a los franceses y los no franceses, a los heridos y los no heridos, a los sanos y a los enfermos - a todos nuestros conocidos y también a los que no conocemos.

En una palabra, yo no estoy: yo acompaño.

¡De todos modos morir es inevitable!

¿Mis manos vacías y mi corazón repleto?

Marina, siempre

El martes que viene...

... arrancamos con los ensayos y es cuenta regresiva. ¿Qué nos espera ahora? ---

Una silla para Marina Tsvietáieva

Marina

Rainer, quiero encontrarme contigo, quiero dormir junto a ti, adormecerme y dormir. Simplemente dormir. Y nada más. No, algo más: hundir la cabeza en tu hombro izquierdo y abandonar mi mano sobre tu hombro izquierdo, y nada más. No, algo más: aún en el sueño más profundo, saber que eres tú. Y más aún: oír el sonido de tu corazón. Y besarlo.