26.7.08

Hasta el domingo 17 de agosto

... nos quedamos. Luego, adiós. Marina se despide: una vez más. Rodeada de silencio.

Se va Érica


Parte Érica. Una silla vacía, entonces. Sólo cuatro domingos para el adiós. No nos abandonen.

5.7.08

Para el domingo

un buen plan: dejarse llevar por el relato apasionado de una vida: la de Marina Tsvietáieva: sus poemas, sus cartas, sus amores imposibles: el desenfreno del mar, la soberanía de la montaña: los lobos que son Rusia y ella que es la Rusia toda para el hombre que ama: Rilke: el poeta en la casa de enfermos, curando su enfermedad sin éxito: el poeta que muere antes de contestar la carta última: un buen plan de domingo para despedir el silencio y dejarse envolver por la música de un lied y el bolero descarnado en la voz corpórea de la única Olga Guillot: tan única e intensa como Marina que regala un cuento hermoso sobre un niño que escapa del bosque sobre la grupa de un caballo entre los brazos de un padre incrédulo: Marina que dice que la vida es una estación a la que todos llegamos con atraso. Tsvietáieva, entonces, y nada más para un domingo a las 19 horas. La cita es en el Espacio Callejón: no dejen de venir: ella, siempre sabe compartir la mesa. Los espera, dice, puntuales sobre el silencio de la tarde que decide morir temprano para que la noche de sus poemas sea.

Se dice de nosotros


Cliqueen sobre el título de este post para poder leer una muy hermosa nota escrita por Oscar Cuervo sobre sus impresiones frente a Y nada más.